La Vivienda
Rural
Vivienda Indígena
De Los Cuna
Caneyes en zancos para lugares húmedos o en suelo para los secos. Barbacoas altas para dormir recinto sin divisiones y la cocina en construcción separada. Casas ceremoniales (surba) con techo cónino de paja u hojas de palma. Caseta interior de la surba para ritos de retiro y pubertad. Esta caseta no lleva sino una puerta baja y dos troneras, por las cuales asoman los extremos de una canoa que está en el interior y que sirve para los baños de jagua o ritos de purificación.
De Los Kogui. Choza cónica circular, a veces rectangular de cuatro aguas, techo pajizo, parte inferior con cercado de piedras. Las casas ceremoniales son más grandes (Kankúrua)..
De los Embera (Cholos) y Noanamaes. Tambos o caneyes rectangulares en zancos contra la humedad del terreno, barbacoas para dormir, piso alto a 3 mis. de altura para prevenir las inundaciones, construido con macana o cañas,. Techo de palma y hogar bajo la casa para que el humo ahuyente los mosquitos. El piso se recubre con una esterilla.
Todas las viviendas de tipo lacustre llevan como escalera un tronco con muescas, que se quita de noche para evitar el acceso de animales.
Los animales domésticos, principalmente cerdos y en tiempos recientes gallinas, viven debajo del tambo en toscos corrales y sirven para trueque con los comerciantes generalmente negros. Algunas viviendas tienen una azotea fuera del tambo, con tierra vegetal para cultivar hiervas medicinales, verduras, especias y semilleros.
De los Catío. Cabañas en lo alto de los árboles o ranchos grandes. Las actuales habitaciones llamadas depurradé, son de planta circular sobre cuatro columnas en cuadro. De allí salen los parales que suben a formar un cono en el techo, que se cubre con hojas de palma o murrapo atadas con bejucos.
En la cúspides y sobre los extremos de la empalizada que forma el cono del techo y que ha quedado sin cerrar para permitir la salida del humo del hogar, que está en el interior de la vivienda, se coloca boca abajo una olla grande de barro cocido que impide la entrada de la lluvia por ese boquete. Se emplean barbacoas para dormir o camas de corteza de árbol, hamacas en ocasiones y el fogón debajo del dormitorio.
Los Núcleos Negros. Su vivienda sigue en líneas generales la estructura de la vivienda rural y selvática de los grupos indígenas y la urbana de los grupos mestizos y mulatos. Otra construcción muy popular, aunque no es la típica, es el rancho pajizo de bahareque, el cual consta de paredes de cañas, o lata de guadua, amarradas o clavadas a Parales de madera redonda, empañetadas con barro mezclado con paja. El techo es de dos aguas con cubierta de paja u hoja de palma y el piso de tierra apisonada. Tenían solo una pieza y cocina.
Urbana
La Influencia Española
Las construcciones con materiales de barro cocido, ladrillos y teja de barro, tienen ya marcada influencia española y también se determinan por la existencia de chircales cercanos y hornos de cocción. Igual acontece con las construcciones de dos plantas que exigen mayores conocimientos técnicos y materiales de mayor capacidad y costo.
La distribución de la casa es más especializada, con habitaciones para dormir, cocinar, comer .y hacer reuniones, así como espacios externos o corredores amplios protegidos por el techo, y un patio central que era eje del funcionamiento. Los muros tienen aberturas para ventanas y puertas de madera, y los pisos se revisten con ladrillos en planta baja y con maderas finas en los pisos superiores.
Estas viviendas fueron principalmente construidas en los poblados y núcleos urbanos principales, pero también se encuentran en áreas rurales para las casas de las grandes haciendas. La cubierta era con teja de barro cocido.
En la zona urbana, esta vivienda alternó con la de bahareque, a la cual se le colocó en tiempos más recientes cubiertas de láminas de zinc galvanizado, teja de barro, y placas de asbesto cemento, sustituyendo los techos de paja o de hoja de palma.
En los pisos se sustituyó la tierra apisonada con baldosas de cerámicas o de cemento, o bien con una capa de concreto pobre al cual se le agregaban materias colorantes minerales.
En las paredes, inicialmente pintadas con carburos (cal blanca), se fueron empleando pinturas con colores minerales o con bases más estables (vinilos y aceites).
Las cubiertas inicialmente a la vista por la parte inferior, fueron adicionadas con un cielorraso de bahareque, de lata de guadua o esterillas con barro, o con madera, lo cual creó un espacio de aislamiento y para la circulación del aire bajo el techo, que contribuyó a dar mayor frescura y regulación al clima interior de la vivienda.
Con la incorporación de normas de sanidad a las zonas urbanas, se adicionaron cuartos sanitarios dentro de las viviendas, antes ubicados en el solar, y redes de alcantarillado y acueducto para cada vivienda enlazadas con las públicas, localizadas por las vías.
Vivienda moderna
En las principales ciudades de la Costa Pacífica y por efecto inicial de los desbastadores incendios de que fueron víctimas, favorecido por los materiales de las viviendas, madera, paja, bahareque y también por los cambios en la economía del país y las mayores facilidades para el transporte de nuevos materiales, se fue produciendo un cambio hacia el empleo del ladrillo, el cemento y cubiertas de láminas de zinc galvanizado y posteriormente de asbesto-cemento. La distribución interior tuvo también cambios hacia una mayor especialización de los espacios, con inclusión dentro de la vivienda por lo menos un cuarto sanitario. Se realizaron construcciones oficiales como alcaldías, escuelas, hospitales, con estos nuevos materiales y particulares como hoteles, almacenes, depósitos. Luego a mediados del siglo pasado se dio impulso a la construcción masiva de vivienda, con la dirección de una entidad especializada que fue el Instituto de Crédito Territorial, el cual definió además de urbanizaciones de base, varios tipos de vivienda social y sistemas de autoconstrucción, generalmente con materiales como ladrillo, bloques de cemento y arena, cubiertas de asbesto cemento y dotación de servicios públicos domiciliares. También el Banco Central Hipotecario tuvo influencia importante en la formulación y desarrollo de urbanizaciones y viviendas para la clase media en todo el país.
Posteriormente y por efecto del crecimiento urbano, de la disminución de áreas edificadas dentro de los cascos urbanos, con el consiguiente encarecimiento en el valor de la tierra, surgió la construcción en altura tanto para edificios como para viviendas, con lo cual el concreto reforzado hizo su aparición como material obligado. Esta tendencia ha continuado y hoy se aprecia en ciudades como Buenaventura, que ya tiene un creciente número de viviendas de dos a cuatro pisos y con sistemas de propiedad horizontal.
Nota: El punto b) Urbana - La Influencia Española se ha tomado información del libro de Guillermo Abadía Morales ya citado y de un informe para el Instituto de Crédito Territorial por el Ing. Jaime Cifuentes R., como Gerente de esta entidad en Buenaventura.